SALADO DIGITAL

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martes, junio 27, 2006

Personas & Personajes: LINDA PERETZ

Presentándote en General Belgrano, después de seis temporadas de “No seré feliz … pero tengo marido”, ¿cómo se logra, función a función, renovar la magia que conecta el escenario con el público?.
Bueno, ese es el trabajo del actor. Hay que encender los motores y motivarse para que el espectáculo o el personaje tenga la espontaneidad suficiente como para que la gente crea que se está haciendo por primera vez. A mí, en cierta forma, también me enriquece, porque siento que cada vez lo hago mejor, ya que tanto el personaje como el texto me energizan y me permiten trabajar con la creatividad necesaria arriba del escenario.
Recién Carlos (Rottemberg) decía que hoy te acompañaba “como marido”. Pero en general ¿Cómo es, en el caso de tu matrimonio, el trabajar juntos?.
Partamos de la base que siempre es difícil estar casada, ya sea con un empresario, con un maestro de escuela o con un kioskero. Los hombres siempre son difíciles, y de eso hablamos en la obra. De todas maneras, él me cuida mucho y yo lo cuido a él, desde el aspecto profesional o personal, tratando siempre de contemporizar tantos años de casados en los que se mezclan el trabajo y la cosa personal.
Y además de todo eso, en medio hay un hijo adolescente. ¿Sos un poco la típica idishe mamme?.
Sí, soy así. Tengo un hijo de 20 años y que, por suerte, ya tiene novia y entonces ciertas situaciones propias de la edad tratamos de compartirlas entre la novia y yo. De todas maneras es un chico divino, como persona y como hijo, y en casa mantenemos una relación de mucho compañerismo.
Lo más fuerte en tu carrera ha sido el teatro, y dentro del género, hay dos personajes que a los que les imprimiste un sello propio ¿es así?.
Sí, yo empecé a hacer teatro para chicos con Popeye y Olivia, con Víctor Laplace, dirigidos por Hugo Midón, y después hice La flaca escopeta, con la que creo que voy a volver el año que viene, porque tengo muchas ganas y estoy trabajando en elaborar un texto para ese personaje tan mágico y tan amoroso desde tanto punto de vista. Y también sigo con esta obra, que hace que el público, y fundamentalmente las mujeres, se sientan identificados con esta cosa tan misteriosa que es la convivencia de dos seres tan distintos como son el hombre y la mujer. Me divierte hacerla y sé que a la gente también, porque en un punto todos, hombres y mujeres se sienten reflejados, familiarizados con todo lo que digo en el escenario. Por eso es que tiene tanta aceptación el libro original de Viviana Gómez Thorpe, el que respetamos muchísimo en cuanto al estilo, al costado humorístico e irónico de la obra, a través de la adaptación de Manuel González Gil, quien también la dirige. Y yo, por supuesto, aporto lo mío, no solamente mi actuación, sino que lo hago elaborando y metabolizando el texto de manera personal.
Esta obra también se presentó con gran éxito en países como México o España. ¿Cuál es el secreto para que el espectáculo funcione tan bien en sociedades parecidas pero no iguales a la nuestra?.
Porque creo que es una temática universal. En el exterior festejan y se ríen en los mismos pasajes de la obra en que lo hacen en nuestro país. La de las mujeres y los maridos es una problemática de todos los tiempos, y mientras me entiendan el idioma, en todos lados pasa lo mismo y lo van disfrutar y aplaudir como acá.
¿Ahora comenzás la temporada en Buenos Aires?.
Sí, termino la gira y en julio me instalo en Buenos Aires, aunque hay idea de hacer presentaciones en Córdoba, Rosario… y también me están llamando de Valencia, de Balrcelona… y no sé, veré como puedo contemporizar la familia y mis viajes de trabajo.