FESTIVAL DE FORTINES: Tercera noche

Como los días anteriores la apertura estuvo a cargo del Ballet General Paz con un cuadro impecablemente presentado, a quienes siguieron los fuegos de artificio que marcan el comienzo de la fiesta diaria.
En esta jornada, tal vez con algunos problemitas más de sonido que en las anteriores, desfilaron luego por el escenario mayor los ganadores del Pre Festival, evento que se dejó trascender que en la medida de lo posible saldrá de la órbita de exclusividad ranchera para llevarlo a ciudades más alejadas. Y así fue que estuvieron en el escenario la pareja chascomunense de Danza Estilizada que ofrecieron a consideración del jurado una zamba.

La noche, aunque bastante fresca, se prestaba una vez más ofreciendo una increíble luna que engalanaba aún más a las estrellas que desfilaban y seguirían presentándose en el escenario, a la vez que era de observar la incesante llegada de gente que no quería perderse los números principales, como tampoco a los representantes locales, esta vez en la presencia de los Hermanos Salerno, quienes se llevaron una cerrada ovación.
Un obligado intervalo, para que todo estuviera a punto, precedió a la subida de Jairo, que dueño de una voz privilegiada ofreció un repertorio volcado hacia lo folclórico.
El recuerdo a don Atahualpa Yupanqui no podía estar ausente, como tampoco una versión hipnótica y percusiva de "Indio Toba", y una excelente interpretación de "La saeta", que obtuvo el reconocimiento de la gente. A modo de bis, y ante un silencio casi total ofreció el “Ave María”, que le debe haber puesto la piel de gallina a más de uno.
En este clima, y una vez que el cordobés bajó del escenario, fue el turno del sureño Leonardo Miranda, quien dueño de un carisma muy particular se las arregló para no quedar opacado entre su antecesor y Facundo Saravia que subiría luego.
Y así fue que para cerrar la noche la platea, la femenina sobre todo por lo que se pudo apreciar, estuvo de parabienes con la llegada de Saravia, heredero del particular timbre de voz de su padre, lo que motivó que por allí se escuchara “suena como los Chalchaleros…”, a lo que habría que agregarle que no suena como, sino que “es un Chalchalero”.
Una recorrida por sus temas, el recuerdo y agradecimiento a su padre Juan Carlos en la zamba que le escribiera, y varios de los temas que hizo famosos el grupo salteño, fueron el repertorio que Facundo eligió para su primera presentación en Ranchos, los que fueron merecidamente agradecidos por el público.
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